Mucho se habla de lo que nos gusta una buena terracita, y nosotras no lo negamos, pero cuando pruebes un balconet… Tu vida cambiará.
No, no estamos exagerando, el balconet (o balconette, según lo francesa que te sientas) es un básico de tu armario. Pero no uno como esas braguitas color piel que tenemos arrinconadas para que no se vean mucho, básico porque no deberías vivir sin él.
Es una de las prendas de lencería más sexy que existen, no solo por su forma y confección, también por cómo queda. La seducción es el origen de esta prenda, así, tal cual.
El balconet comenzó a utilizarse en Francia y lo llevaban las bailarinas de Can-Can, eso sí, en una versión más explícita que la que conocemos hoy. Pero no tardó en popularizarse porque otras mujeres se fijaron en lo bonito que hacía el pecho este curioso sujetador con forma de balcón que colocaba el pecho “en bandeja” a los ojos.
Una mujer muy especial también se fijó, y decidió adaptarlo para sus vestidos, convirtiéndolo desde ese momento en el must have que conocemos hoy ¿se te ocurre quién pudo ser?
Si hablábamos de seducción, solo podía ser ella, Marilyn Monroe.
Nuestra rubia más icónica hizo que este sujetador diese el salto y todas pudiésemos ver su poder de realce. De hecho una de las características que más nos gustan de él es que realza de una manera muy universal, tanto a pechos pequeños como grandes.
Y tu dirás, ¿cómo? Pues gracias a varias cosas:
Conscientes de todo esto, las marcas siempre apuestan por el diseño en los balconet, saben que es un sujetador perfecto para seducir y hacernos sentir muy, muy sexy. Así que es muy fácil encontrarlos repletos de encajes preciosos, transparencias y materiales delicados que te harán quererlo incluso más.
Si aún no te has rendido a probar uno, porque te preocupaba que no quede bien con tu talla o el uso que puedas darle en tu vida diaria (que es mucho) es el momento de salir de dudas.
Y recuerda, como siempre, cuenta con nosotras si te surge cualquier duda